Al escuchar esta frase al principio, te suena absurda e incoherente. Pero cuando te explican el porqué de su significado, comienzas a entenderlo, y, cuando lo pruebas -porque no pierdes nada-, ya pasas a ser otro seguidor feliz de las infusiones que nos ofrece la naturaleza para ayudarnos a mantener óptima nuestra salud.
En un principio he de decir que nuestro hígado está expuesto a diario a una cantidad enorme de «basura» que acumula al limpiar nuestra sangre de toxinas y otros elementos dañinos que recoge a lo largo de su recorrido por nuestro cuerpo.
Bebiendo mucha agua, filtramos y eliminamos una parte importante de esa masa de «basura», pero siempre quedan residuos en el hígado que se van acumulando y que, a la larga, pueden producir lo que todo el mundo conoce por hígado graso u otros problemas que provocan enfermedades.
Una de estas patologías provocadas por un hígado demasiado sucio es precisamente muchas de las contracturas que nos aquejan a lo largo de nuestra vida, y que achacamos a distintos motivos, pero que están provocadas por esto.
Pero estos problemas podemos evitarlos con algunos hábitos muy sencillos y al alcance de nuestra mano.
1. JUGO DE ALOE VERA. El Aloe vera, a parte de sus muchos beneficios para nuestro sistema digestivo, tiene la capacidad de desinfectar y limpiar los «filtros» de nuestro cuerpo, ayudando a eliminar muchas de las sustancias que quedan retenidas en los órganos filtrantes de nuestro cuerpo, que son pulmones, hígado, intestinos y riñones. Tomando en ayunas cada día un «chupito» de Jugo de Aloe Vera, impedimos la acumulación de residuos y mantenemos nuestro cuerpo libre de los problemas derivados de ello, tales como las contracturas, colesterol, triglicéridos etc. Esta solución previene los problemas.
2. INFUSIÓN DE HIERBAS. Hervimos durante 5 minutos una cucharada sopera de semillas de Cardo Mariano. Una vez pasados, lo retiramos del fuego y le añadimos una cucharada sopera de Hierbaluisa y otra de Diente de León y lo dejamos reposar 5 minutos. Pasado ese tiempo, lo filtamos y nos tomamos la infusión. Si lo hacemos 2 veces al día durante 5 días, notaremos que las contracturas desaparecen. Esta solución funciona mejor cuando ya padecemos el problema de las contracturas.